Osa mayor, un vídeo-poema
La materia y el movimiento, las posibilidades sensoriales como territorio de exploración y comunicación, se convierten en el soporte para la íntima performance que ritualiza una coordenada ordinaria en el tiempo y la re-escribe. El cuerpo, la materia, trascienden en la propia habitación en un microcosmos personal en solitario. A través de la corporalidad podemos conectarnos y sentir el mundo, expresar emociones en un alfabeto que es posible en-codificar digitalmente low-tech, poniendo más atención en la experiencia-acción, más que en el equipaje técnico. Una coordenada también puede ser una invitación a la belleza de contenidos únicos. Miradas intersticiales son memorables, tan delicadas como efímeras. Son transformadas simbólicamente a partir de la representación del momento en una secuencialidad que trasciende al relato.